viernes, diciembre 28, 2007

Omnia sunt communia

Solamente observando y escuchando, prestando un poco de atención, llego a la conclusión de que el racismo y la xenofobia están aumentando en nuestra sociedad.

Lo digo teniendo en cuenta los comentarios descalificantes, peyorativos y de desagrado que habitualmente escucho referidos o bien hacia los inmigrantes latinos en especial los ecuatorianos, o bien hacia los rumanos o bien hacia los árabes.

Malestar irracional, raíz de un problema social grave.

Me parece insoportablemente egoista y falaz la actitud del nacionalista (español en este caso) que interesado le da por opinar y sentir que esta parte del territorio mundial denominada geográficamente península ibérica y políticamente España pertenece a alguien, en este caso a la población que (no sé cómo lo íbamos a determinar de forma precisa) procede o tiene sus raíces en este lugar.

La modernidad se ha acabado y con ella la mentira de la nación que pretendía crear una ligazón de propiedad a los habitantes sobre los territorios.

El mundo de es de todos ya y no hay forma de volver atrás, cada persona tiene el derecho a vivir donde quiera y no hay vuelta atrás. Afortunadamente. A partir de ahí, la guerra que los autóctonos quieran dar. Lo difícil que quieran poner un proceso como es la integración que ya de por sí resulta complicado.

lunes, diciembre 03, 2007

sentimentalmente

Este fin de semana he leído una entrevista a un psiquiatra que se llama Guillermo Rendueles. Hay mucho interesante en ella en referencia a los malestares que sufren las personas que vivimos en nuestras sociedades contemporáneas, sociedades que también sufren sus propios malestares.

Una reflexión bastante interesante trata sobre las relaciones sentimentales. Dice mi tocayo que en la relación de pareja hemos pasado del "hasta que la muerte nos separe" al "hasta que el sentimiento nos una". Y afirma que entre esos dos extremos quizás haya que introducir alguna promesa estabilizadora; que en una pareja cierto grado de dependencia o de compromiso es algo normal e incluso deseable para no pasarse los días deshojando margaritas con el si me quiere o si no me quiere o si la quiero o no le quiero.

Dice también que cualquier tipo de obligación es vivido como represión, y eso está generando una educación sentimental que, prometiendo el hedonismo, genera una infelicidad generalizada de inestabilidades y rupturas que de nuevo crean pseudonecesidades psiquiátricas.

Está claro que cierta moral que antaño conducía conductas ahora no nos incumbe, pero el viaje ciego y rápido hacia el hedonismo teniendo como único criterio en el vivir la consecución del placer más inmediato, está demostrado que no genera felicidad sino malestar.

En mi opinión saber vivir, saber disminuir sufrimientos y aumentar placeres no es algo que se pueda hacer sin usar la razón o la inteligencia. De la misma forma, llevar a cabo relaciones sentimentales y afectivas que sean gratificantes y constituyan un crecimiento en la persona requieren hoy en día, por ser más libres, de unas mayores destrezas allí donde las inteligencias dominan a los afectos.