miércoles, enero 16, 2008

Judit Butler o la subversión de la identidad

El concepto de performatividad, tan usado por el pensamiento posmoderno, y que podríamos definir como una suerte de representación actuante que verifica la indistinción entre lo real y lo simulado, permite a Judit Butler llevar a cabo la deconstrucción del sexo en su ya popular teoría queer. Ella rompe con la concepción tradicional del pensamiento feminista que concebía y concibe al genero (masculino/femenino) como construcción social o cultural pero al sexo (masculino/femenino) le atribuye una naturaleza biológica, natural. Butler apunta que tanto el género como el sexo son construidos socialmente.

Tanto el sexo como el género son, cada día, por cada uno/a, representados: las mujeres representan su feminidad y los hombres su masculinidad en su vida cotidiana. En palabras de Butler: “construcción ficticia creada a través del ordenamiento obligatorio de atributos en secuencias coherentes de género.” Tanto el genero como el sexo, son pues, construidos por cada individuo a través de representaciones actuantes cotidianas o performatividades.

Apoyada en Foucault, afirma que con una finalidad estratégica, siempre que se habla con rigor del sexo se concibe como causa: causa de la conducta, causa de la experiencia, causa del deseo sexual, y sin embargo el cuestionamiento realizado por Foucault en su estudio genealógico de la sexualidad, muestra que esa causa es en realidad un efecto, “la producción de un régimen dado de sexualidad que intenta regular la experiencia sexual al determinar las categorías discretas del género como funciones causales y fundacionales en el seno de cualquier análisis discursivo de la sexualidad”, efecto de una intención reguladora, normativa o constrictiva.

Al reproche a esta concepción del sexo y el genero, en el sentido de que extrema la independencia y la capacidad de cada individuo de poder escoger lo que va a representar y por lo tanto lo que va a ser, Butler contesta que tales representaciones se hallan limitadas tanto por las representaciones del pasado como por las interacciones sociales.

Y a la pregunta de la biología como restricción materializada en nuestros cuerpos de esa libertad individual que ella pondera, contesta: la biología es importante pero el género se construye de diferentes maneras en diferentes culturas, y lo que es más interesante es que cada una de esas construcciones se piensa a sí misma como natural. Hoy sabemos que no hay un único patrón con respecto a lo que significa ser hombre o ser mujer.

La trascendencia política o social de esta concepción radica en que dota a los sujetos de una mayor libertad y autonomía respecto a sí mismos, permite, en palabras de Negri, subvertir los cuerpos sociales e inventar nuevas formas sociales; lo interesante de la política queer radica en la subversión de la lógica de la identidad en general y profundiza en esa perspectiva, desde mi punto de vista tan liberadora de Foucault, que entiende que el reconocimiento de cómo somos constituidos en tanto que sujetos nos mueve a comprender cómo y hasta que punto podemos constituirnos a nosotros mismos en cuanto sujetos.

Entender estos procesos por los que somos constituidos, entender cuáles son nuestros moldes y cómo han sido hechos, nos permite romperlos, nos proporciona una capacidad imprescindible para inventarnos, para crearnos, para hacer arte con nuestra vida.

viernes, enero 11, 2008

el arte de vivir

La cita que pongo a continuación la leí hace ya unas semanas. La llevo rumiando desde entonces. La he estado buscando, no me acordaba dónde la había leído y por fin la he encontrado. Es de un psicólogo Nikolas Rose, dice

(...)Nietzsche, y creo que también Weber, sentían un profundo desprecio por la felicidad, a la vez que un sentimiento de alegría por una ética de la existencia. Consideraban la felicidad a través de la moral de los esclavos, pues la naturaleza de los seres humanos consiste en sufrir y superar dificultades, no en estar satisfecho.

La ética de Nietzsche es la de comprender la vida como lucha y no como descanso.